¿Qué es Artiscrator?
Artiscrator nació como un blog que representa una ventana hacia mi universo creativo, pero además un espejo que refleja mis pasiones, emociones y cosmovisión a través de la pintura y el dibujo. Se trata de un mundo, donde no existen límites para la creatividad en la manifestación plástica de ideas, pensamientos y reflexiones, empleándose en cada obra, de manera independiente, diversas técnicas como óleo, acuarela, técnicas mixtas…, según la necesidad en el acto de la creación. El resultado es una variedad de estilos artísticos, que responden a la naturaleza siempre cambiante de la mente y del ser humano como un todo. Por eso, Artiscrator tiene vida propia, y aquí se expone al observador de principio a fin, desde el 2009 hasta el presente, con la misión de transmitir que este espacio constituye un mundo, el creativo, en constante mutación, reflejo necesario de los otros dos mundos también cambiantes, el interno y el externo. Estos tres universos son indomables e inaprehensibles para la razón, pero no para Artiscrator, quien de hecho los crea, y los expone en formato pequeño, porque es el más propicio para dar rienda suelta a la poderosa introspección del creador y del observador, que resulta necesaria para seguir conociendo y comprendiendo los secretos de los tres mundos.
¿Quién es Ariel Mastroleonardo?
Ariel dio vida al concepto del Artiscrator en 2015, pero fue en 2009 que comenzó su formación universitaria en Bellas Artes en la UNA (ex IUNA). Sin embargo, su pasión por el dibujo se remonta a la infancia, copiando dibujos animados del manga y del animé. En aquellos tiempos, el dibujo le sirvió como un medio necesario para expresar y descubrir el mundo que le rodeaba y el suyo propio. Por eso, el acto creativo, en solitario, fue un espacio ineludible para despertar su introspección, aunque todavía no era consciente de ello. Pese a que su formación en Bellas Artes quedó truncada, la instancia académica le dio la base necesaria para iniciar su camino personal en el descubrimiento de un estilo propio, que en el transcurso de los siguientes años se vio gobernado por los ideales del Renacimiento italiano, y más tarde por la pintura de los Primitivos Flamencos, la corriente alemana del siglo XVI y del Romanticismo. Aislado de las tendencias del presente en pintura y dibujo, y de las exposiciones públicas en salones y concursos, Ariel siempre fue en busca de su identidad artística por un camino solitario, formándose y practicando a través de los libros, finalizando las más de las veces en los callejones del clasicismo del pasado, para encontrar una respuesta. Sin embargo, descubrió que en esta búsqueda de su estilo artístico terminó por adentrarse en las profundidades de su identidad como individuo. Esta última instancia en su historia marcó un punto de inflexión en 2015, año en que selló en su cuerpo y mente su propósito y misión en la pintura y el dibujo. Al mismo tiempo, se introdujo en el mundo de los idiomas, del alemán en particular, de los libros y del montañismo, verdaderas pasiones y alimentos del espíritu, que orbitan en su galaxia infinita de la curiosidad:
“Entonces comprendí
que la pintura, el dibujo y la escultura son parte esencial de mi identidad
como individuo, que siempre me acompañaron desde que tengo uso de la razón y
siempre me acompañarán, en los momentos de alegría y de tristeza, porque el
dibujo es mi esqueleto, la pintura mi sangre y la escultura mi carne. Crear pinturas
y dibujos significa tomar distancia y contemplarme en el espejo del alma, de mi
interior; significa ver mi propia identidad como individuo, por más dolorosa o
vergonzosa que sea; significa exponer al desnudo las carnes y tripas, que son mi
esencia, mis virtudes y mis defectos. Por eso, como el mundo está en constante
cambio, es decir el mundo externo que habito, también mi mundo está en incesante
cambio, que es el interno como individuo, y por consiguiente mi mundo creativo
también está en constante mutación, por lo que pensar en encontrar un estilo
propio es mera utopía, porque significaría pedirle a la razón que intervenga en
una materia que le es ajena, la de las pasiones; encontrar un estilo significaría
encasillarse, paralizarse en una forma definitiva de “hacer arte”, cuando en
realidad todo fluye, todo está en constante cambio, y una pintura es reflejo ineludible
de aquel cambio.” M.A.
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